1917 – 1921
Hijo de don Federico Amores, coronel de Artillería, y de doña Carmen Ayala, primera condesa de Urbina, nació en Sevilla, haciendo sus estudios de bachillerato con los Padres Escolapios en la Plaza Ponce de León, antigua Plaza de la Paja.
Se licenció en Derecho en la Universidad Hispalense y el doctorado en la Universidad de Madrid después de prepararse con intensidad durante dos años en la Sorbona.
Su figura era simpática y su aspecto nórdico, con ojos claros y rubio entrecano.
Su filiación política muy en consonancia con su carácter y familia perteneció al partido Conservador siendo elegido en 1914 Diputado a Cortes por la Coruña y unos años más tarde, en 1921, Alcalde de Sevilla apoyado por el partido político al que pertenecía.
Por sus cualidades humanas y caritativas, así como por su acendrado catolicismo, el Papa Benedicto XV tuvo a bien nombrarlo Caballero del Santo Sepulcro y condecorarlo con la Gran Cruz de San Gregorio Magno.
Durante la preparación de la Exposición Iberoamericana en 1929, fue nombrado Primer Comisario Regio, distinguiéndose por su interés en inspeccionar y supervisar la construcción de la gran obra que representa la Plaza de España en Sevilla y el Hotel Alfonso XIII.
Por esta dedicación el Rey Alfonso XIII le nombró Gentil-Hombre en ejercicio y le confirió el título de Conde de la Torre del Guadiamar. Su interés por prestigiar a Sevilla le hizo preocuparse personalmente por el exhorno y remodelación del Parque de María Luisa, así como los Jardines de las Delicias.
Estaba en posesión de las Grandes Cruces de Carlos III e Isabel la Católica. Su muerte, que fue muy sentida en el ambiente sevillano, se produjo en septiembre de 1927 siendo enterrado en la iglesia de los P. P. Capuchinos de nuestra ciudad.